Baccarat Rouge 540 Precious Elixir (Edición Limitada)

Cachemir. A menudo también se le llama madera de cachemira en referencia a la suavidad envolvente que proporciona, que recuerda al almizcle, pero más vibrante y edificante, con matices amaderados perceptibles de arriba a abajo. Es una nota sintética que combina una faceta de cedro seco y almizclado con un efecto envolvente y cálido cercano al almizcle, a la vez resinoso y ligeramente empolvado y cuero. Mezclado con otras maderas, intensifica la estela de la fragancia.  

AmbroxanTM. AmbroxanTM se obtiene del sclareol, uno de los componentes naturales de la esclarea. Fue creado en los años 50 y reemplazó gradualmente al ámbar gris, una secrección natural del cachalote. AmbroxanTM emula sus diversas facetas ámbar, amaderadas  y minerales. Es una especie de nota amaderada superpotente con una estela persistente que aporta una sensualidad moderna a cualquier tipo de composición. AmbroxanTM ha generado una gran familia de moléculas similares, a menudo llamadas "maderas de ámbar". 

Cedro de Virginia. Este es el olor típico que se desprende al afilar un lápiz: amaderado, seco, ligeramente picante y cremoso. Este cedro norteamericano, también llamado cedro rojo por el color de su madera, pertenece a la familia del enebro, Juniperus Virginiana. En perfumería se utilizan varios tipos de cedros, pero éste entra en juego en el corazón y la base, lo que le da una especie de verticalidad a su tema amaderado. Es bastante diferente de las otras tres variedades principales utilizadas en perfumería, el cedro de Texas más seco, el cedro del Atlas animálico o el cedro chino ahumado. 

Jazmín de Egipto. Conocido por su nombre latino como jasminum grandiflorum, el jazmín utilizado en perfumería es sorprendentemente potente y multifacético, que va desde el naranja-floral, solar, afrutado (plátano, fresa, albaricoque), hasta animálico y picante. El jazmín tiene una estructura asombrosamente compleja para una flor tan frágil que debe cosecharse muy temprano en la mañana antes de que el sol estropee su fragancia. Su aroma solo se puede extraer con disolventes volátiles y es muy caro debido a su bajo rendimiento de aceite esencial. Su caleidoscopio de matices se funde a la perfección con otras flores así como con maderas o acordes orientales.