Ramon Monegal
Siesta
Por favor, no molestar. La dulce ociosidad que los italianos llaman dolce far niente alcanza su máxima expresión con esta fragancia icónica llamada Siesta. Un lujo mediterráneo y sinónimo de libertad. Soñamos, pensamos, descansamos o buscamos el placer. No hay relojes ni protocolos: la única regla que nunca se debe romper es “No molestar”.
El sueño llega en forma de limón y miel sobre un lecho de madera de cedro. El jazmín y el vetiver nos arrullan al son de una nana cantada por el iris. Despertamos revitalizados por el vigor del cuero y la energía de las especias.
