Kirkè

Extrait de Parfum (chipre, afrutado). Un lugar encantador se encuentra justo al sur de Roma. Hoy es Parque Natural, pero aún se caracteriza por una riqueza paisajística que quita el aliento al viajero. Este lugar está grabado en la memoria y tiene miles de facetas. Está inmerso entre las enormes dunas de arena que dan al mar y las montañas deshabitadas que están rodeadas de opulentos bosques y bosques. Enmarcando la zona se encuentra el matorral mediterráneo más floreciente que se haya visto jamás, que conserva las huellas de los grandes hombres y mujeres que vivieron aquí en el pasado. Caminar por los antiguos caminos es sumergirse en los sinuosos olores y resonantes recuerdos en la memoria, como el canto de una sirena o la melodía que utilizaba la diosa Circe para atraer a sus víctimas, que aprendimos en la Odisea de Ulises. Perfumes cautivadores y persuasivos, plasmados en una fragancia sensual y cálida que puede transportar el alma a las bellezas de los sentidos. Este es un perfume mágico y sensual que es como la diosa que lo inspiró. Se caracteriza por un exuberante ramo de frutas dulces que incluyen maracuyá, melocotones y peras, mezclados mediante una hábil alquimia con frambuesas y cassis. Es persuasivo como una caricia de Lirio de los Valles y como un paseo descalzo por la arena que se calienta con el contraste con la inconfundible Heliotropina y se vuelve poderosa con la fuerza del Pachulí y la Madera de Almizcle. Como una de las famosas pociones encantadas de la Diosa Circe, este extracto embelesa a quien lo lleva, guiándolo por caminos misteriosos para descubrir maravillas sorprendentes en una evolución precaria de emociones e inspiración encerrada en un filtro mágico capaz de dejar tras de sí una estela interminable de misterio y sensualidad.

Notas de Salida: Fruta de la pasión, Melocotones, Frambuesas, Cassis, Peras, Arena Tibia
Notas de Corazón: Lirio de los valles
Notas de Fondo: Heliotropo, Sándalo, Vainilla, Pachulí, Almizcle

Los perfumes encarnan las etapas de un viaje consumido por el fuego. En el fuego, cada emoción, cada imagen, cada fragancia cobra vida y existe casi independientemente de nuestros pensamientos. Nuestros perfumes capturan el espíritu indomable de nuestras emociones.